¿Qué es la depresión infantil?
La depresión no es sólo un tema de adultos. Es un trastorno del estado del ánimo bastante frecuente en niños y adolescentes, a pesar de que en muchas ocasiones pasa desapercibida o puede ser subestimada por los padres.
1 de cada 20 niños y adolescentes tendrá un episodio depresivo antes de los 19 años y menos de la mitad de estos niños recibirán un tratamiento adecuado.
¿Depresión o tristeza?
Los niños reaccionan con enfado, irritabilidad, tristeza o desaliento ante situaciones o cambios vividos. Estas reacciones son naturales, las solemos ver en nuestros hijos y les permiten adaptarse a ese evento.
Es importante aprender a distinguir las reacciones naturales ante un evento externo, de los síntomas depresivos. En la mayoría de ocasiones las reacciones de los niños serán adaptativas.
Por ejemplo, si un niño ha cambiado de colegio y ha dejado atrás amigos, profesores y un centro que le gustaba donde estaba bien integrado es normal que esté triste y puede que irritable o enfadado durante la etapa de cambio. Esta reacción es natural y le permite asimilar la situación y adaptarse al cambio. Sin embargo, si esto se prolonga en el tiempo e interfiere en todas las áreas de su vida diaria, perdiendo interés por actividades con las que antes se divertía debe ser un signo de alerta.
¿Cómo detectar la depresión?
Los síntomas variarán dependiendo de las características del niño (personalidad, edad, etc…), pero los síntomas principales son:
- Estado de ánimo irritable o triste: suele estar malhumorado o irritable y en ocasiones también se da tristeza/abatimiento.
- Pérdida de interés: pasa menos tiempo haciendo actividades que antes le producían placer. Puede estar más aislado o dejar hobbies que antes solía disfrutar.
Otros síntomas habituales:
- Cambios en su apetito y/o cambios de peso.
- Cambios en el sueño.
- Dificultad para estarse quieto o elevado enlentecimiento psicomotor.
- Pensamientos de culpa o inutilidad.
- Pérdida de confianza y autoestima.
- Fatiga y pérdida de energía.
- Dificultades para concentrarse, cambios en su rendimiento.
- Ideas o intentos autolíticos.
Estos síntomas pueden ser característicos de otros tipos de dificultades. Si tienes dudas y crees que tu hij@ podría estar sufriendo una depresión consúltanos y te asesoramos de forma totalmente gratuita, pide una cita con un psicólogo infantil
¿Cómo ayudar a un niño con síntomas de depresión?
- Elogia al niño frecuentemente con sinceridad, reforzando conductas concretas; acentúa lo positivo, de una manera comprensiva. Pon en tela de juicio las críticas del niño hacia sí mismo y señálale sus pensamientos negativos cuando ocurran, ayúdale también a integrar y aceptar sus propios errores e imperfecciones dentro de su autoconcepto. Esto mejorará su autoestima.
- Ayúdale a mantener el control: guíale para que pueda distinguir entre los acontecimientos que puede controlar y los que están fuera de su alcance: ayúdalo a que comience a hablar positivamente de sí mismo.
- Estabilidad familiar: mantén una rutina y disminuye los cambios en asuntos familiares; anticipándole los cambios con anticipación para reducir las preocupaciones.
- Expresión emocional: Pide al niño que escriba o hable de sus sentimientos y que anote sus pensamientos placenteros cada día.
- Pactar una actividad interesante al día; planifica acontecimientos especiales; pregúntale qué le gustaría hacer e intentad planificarlo en vuestro calendario familiar.
- Convierte la hora de comida en placentera: no lo obligues a comer; prepara sus comidas favoritas; favorece que la hora de comer sea placentera. Que te ayude a preparar ciertas recetas, etc…
- Mantén un horario constante para dormir; participa con él en actividades relajantes como leer o escuchar música suave; termina el día con una nota positiva.
- Practicad técnicas de relajación: cambia las actividades que causan agitación; enséñale al niño técnicas de respiración y relajación; un masaje puede ayudar; estimula el ejercicio y la recreación.
- Reduce las situaciones ansiosas: apóyalo y tranquilízalo; acompáñalo a afrontar situaciones que causan miedo desproporcionado; la planificación puede reducir la incertidumbre.
- Rechaza la conducta destructiva de una manera amable pero firme; da validez a sus emociones y estimula al niño a expresar sus sentimientos de ira apropiadamente; no reacciones con ira; se consistente en sus respuestas a la conducta inadecuada.
- Anima al niño a participar en juegos y actividades; trabaja con los maestros y los psicólogos escolares para promover el aprendizaje; adapta el entorno para facilitarle la concentración.
- Alerta a las conductas suicidas: estate alerta a las señales de suicidio; busca ayuda profesional inmediatamente.
- Si la depresión persiste: consulta con un especialista en Psicología infanto-juvenil para que pueda valorar la dificultad y ofreceros orientación y/o tratamiento.
Sólo recordaos, por último, que la detección temprana de la depresión infantil es muy importante para poder ofrecer una adecuada intervención y evitar alargar el sufrimiento del niñ@. Cada niñ@ tiene una manera de ser y acepta los cambios de forma diferente. Debemos conocerlos muy bien para detectar qué es lo que ha cambiado de su conducta y estar pendientes de su estado anímico y los cambios que ha habido en su vida recientemente.
Si tu hij@ presenta alguno de estos síntomas, en ITAE psicología infantil podemos ayudarte!