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El estrés en niños y la ansiedad infantil son dos fenómenos que muchas veces se usan como sinónimos. Y no es de extrañar, porque están muy relacionados; ambos dan lugar a síntomas del mismo tipo, e incluso pueden aparecer juntos.

No obstante, existen diferentes tipos de estrés como el estrés crónico en niños, el estrés escolar, estrés agudo, etcétera, y distintos trastornos de ansiedad, TOC, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad por separación, ataque de pánico…

Es normal pensar que la ansiedad y el estrés es propia de los adultos, pero la realidad es que los niños no están exentos de sufrir estrés y experimentar ansiedad.

 ¿Qué es el estrés?

El estrés es la respuesta automática de nuestro organismo ante las situaciones que nos resultan amenazadoras o desafiantes. Nuestro día a día nos exige continuas adaptaciones; por tanto, es necesaria cierta cantidad de estrés o activación.

El estrés es consecuencia de la interacción entre los estresores y los recursos que poseemos para hacer frente a las situaciones estresantes. Cuando el estrés se prolonga en el tiempo, nuestra salud se ve resentida, nuestro desempeño académico desciende o nuestras relaciones interpersonales se ven afectadas.

¿Cuáles son las causas del estrés en niños?

 

  • Fracaso escolar: A medida que los niños crecen, el colegio se convierte en una parte muy importante de su vida, y las presiones académicas, o las relaciones sociales dentro del aula, también pueden ser una fuente de estrés.

 

  • La relación padres-hijos: A estas edades, una de las causas más frecuentes de estrés infantil puede ser la mala relación entre los padres o el divorcio. La separación de los progenitores puede ocasionar ansiedad en los niños y una nueva situación familiar a la que tendrán que acostumbrarse.

 

  • Exigencia parental: Son muchos los padres que exigen demasiado a sus hijos, más de lo que pueden soportar. Por ejemplo, padres obsesionados con que sus hijos aprendan idiomas o realicen muchas actividades extraescolares. En estos casos, los niños pueden sufrir la ausencia de tiempo para jugar o relajarse después de la escuela, y esto puede afectar a su bienestar.

 

  • Problemas en el hogar: los niños también pueden sufrir por los problemas en el hogar (por ejemplo, los problemas en el trabajo de los padres, los problemas económicos, etc.)

 

  • Salud/duelo familiar: Por último, las enfermedades familiares, las muertes de seres queridos o cualquier cambio en su vida (por ejemplo, un cambio de residencia) pueden tener un impacto negativo para ellos.

 

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